978-84-9892-017-8
Memorias de un revolucionario
Piotr Kropotkin
Editorial: Crítica Fecha de publicación: 03/09/2009 Páginas: 464Formato: Cartoné, 21 x 14 cm.
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Piotr Kropotkin (1842-1921) es conocido por ser uno de los más importantes —y respetados— teóricos del anarquismo. Reputado geógrafo, su actividad intelectual abarcó intereses tan diversos como la crítica literaria, la agronomía o la historia, aunque es sobre todo conocido por su libro "El apoyo mutuo. Un factor de la evolución", por sus "panfletos" -que alcanzaron en un tiempo una colosal difusión internacional- y por su auobiografía "Memorias de un revolucionario". Siendo conocida su aportación clave al debate postdarwiniano sobre evolución y ética, su contribución no menos importante a otro de los grandes temas de discusión científica del periodo que va desde 1880 hasta la llamada Síntesis Darwinista ha sido tristemente olvidada. Se trata de los artículos que publicó en 1910 en la prestigiosa revista británica "The Nineteenth Century and After", que tienen como tema central la conexión entre selección natural, evolución y teorías de la herencia. En una coyuntura histórica en que se hablaba abiertamente del eclipse del darwinismo, los artículos olvidados de Kropotkin constituyen una fuente imprescindible para entender la compleja madeja de programas e intereses científicos, filosóficos y políticos que se movían en el momento mismo en que empezaba a emerger una nueva disciplina: la genética. Esos artículos, que la editoriala Los Libros de la Catarata presenta traducidos al lector por primera vez en castellano, constituyen, además, un verdadero eslabón perdido sin el que la obra evolucionista del príncipe anarquista difícilmente puede ser comprendida cabalmente.
Introducción histórica de Álvaro Girón; traducción de Susana Pinar.
"En 'Memorias de un revolucionario' Kropotkin cuenta sus cincuenta primeros años de vida. Debe advertirse al lector que se enfrenta con un libro delicioso: no va a encontrarse con soflamas anarquistas ni con autopegado de medallas, sino con un texto que podrían haber escrito a ocho manos Tolstói y Julio Verne, Santiago Ramón y Cajal y Enrique Tierno Galván, Buenaventura Durruti y Francisco de Asís. El aristócrata y el trabajador, el paje de cámara del emperador y el escritor sin recursos, el estudiante, el oficial, el científico, el explorador en tierras desconocidas, el administrador, el revolucionario perseguido...todas las facetas de su vida se van desplegando con un estilo tan sosegado como terso.
El personaje que aflora de la narración tiene una extraña fuerza literaria y, en no pocas ocasiones, novelesca: el niño Kropotkin, con el cabello rizado, vestido de paje y colocado cerca del emperador Nicolás; el joven militar que recorre a uña de caballo toda la extensión de Rusia, desde Siberia hasta San Petersburgo para entregar un despacho, en un viaje de 24 días con sus noches, y acude esa misma noche a un baile de sociedad en la corte (la juventud es una gran cosa, anota); el prisionero Kropotkin mandando a paseo al gran duque Nicolás , el hermano del zar, que ha acudido a su celda para interesarse por aquel curioso aristócrata descarriado; el prisionero que durante siete días le cuenta a otro desconocido encarcelado en otra celda la Comuna de París, mediante un código de golpes en los muros..."
Revolucionario y teórico del anarquismo Piotr Alexéievich Kropotkin (Moscú, 1842-Dmitrov, 1921) nace en una familia aristócrata y es destinado a la carrera militar. Durante su estancia en Siberia adopta ideas anarquistas, influido por Proudhon y Bakunin. Tras la insurrección polaca de 1863, abandona el ejército y se dedica a la geografía, asumiendo posturas opuestas al zarismo. En 1872 se afilia a la AIT, apoyando la corriente de Bakunin en contra del liderazgo de Marx. A su regreso a Rusia en 1874 es encarcelado por actividades revolucionarias, pero huye a Francia en 1876, participa en los intentos de reunificación del movimiento obrero internacional y funda Le Révolté. En 1882 es detenido, pasando a Inglaterra tras su excarcelamiento en 1886. Al estallar la revolución rusa (1917) regresa a su país, prestando su apoyo tanto al gobierno Kerenski como a Lenin; sin embargo, pronto critica el poder dictatorial bolchevique. Muere cuando intenta formar un grupo político de inspiración anarquista en la Rusia soviética. Entre sus obras destacan La conquista del pan (1888), Campos, fábricas y talleres (1899), Ayuda mutua (1902) y Memorias de un revolucionario (1906), biblias del comunismo libertario, ideología que vino a sustituir al colectivismo de Proudhon y Bakunin.
En Memorias de un revolucionario Kropotkin cuenta sus cincuenta primeros años de vida. Debe advertirse al lector que se enfrenta con un libro delicioso: no va a encontrarse con soflamas anarquistas ni con autopegado de medallas, sino con un texto que podrían haber escrito a ocho manos Tolstói y Julio Verne, Santiago Ramón y Cajal y Enrique Tierno Galván, Buenaventura Durruti y Francisco de Asís. El aristócrata y el trabajador, el paje de cámara del emperador y el escritor sin recursos, el estudiante, el oficial, el científico, el explorador en tierras desconocidas, el administrador, el revolucionario perseguido...todas las facetas de su vida se van desplegando con un estilo tan sosegado como terso.
El personaje que aflora de la narración tiene una extraña fuerza literaria y, en no pocas ocasiones, novelesca: el niño Kropotkin, con el cabello rizado, vestido de paje y colocado cerca del emperador Nicolás; el joven militar que recorre a uña de caballo toda la extensión de Rusia, desde Siberia hasta San Petersburgo para entregar un despacho, en un viaje de 24 días con sus noches, y acude esa misma noche a un baile de sociedad en la corte (la juventud es una gran cosa, anota); el prisionero Kropotkin mandando a paseo al gran duque Nicolás , el hermano del zar, que ha acudido a su celda para interesarse por aquel curioso aristócrata descarriado; el prisionero que durante siete días le cuenta a otro desconocido encarcelado en otra celda la Comuna de París, mediante un código de golpes en los muros...
• Revolucionario y teórico del anarquismo (Moscú, 1842-Dmitrov, 1921) Piotr Alexéievich Kropotkin nace en una familia aristócrata y es destinado a la carrera militar. Durante su estancia en Siberia adopta ideas anarquistas, influido por Proudhon y Bakunin. Tras la insurrección polaca de 1863, abandona el ejército y se dedica a la geografía, asumiendo posturas opuestas al zarismo. En 1872 se afilia a la AIT, apoyando la corriente de Bakunin en contra del liderazgo de Marx. A su regreso a Rusia en 1874 es encarcelado por actividades revolucionarias, pero huye a Francia en 1876, participa en los intentos de reunificación del movimiento obrero internacional y funda Le Révolté. En 1882 es detenido, pasando a Inglaterra tras su excarcelamiento en 1886. Al estallar la revolución rusa (1917) regresa a su país, prestando su apoyo tanto al gobierno Kerenski como a Lenin; sin embargo, pronto critica el poder dictatorial bolchevique. Muere cuando intenta formar un grupo político de inspiración anarquista en la Rusia soviética. Entre sus obras destacan La conquista del pan (1888), Campos, fábricas y talleres (1899), Ayuda mutua (1902) y Memorias de un revolucionario (1906), biblias del comunismo libertario, ideología que vino a sustituir al colectivismo de Proudhon y Bakunin.
• Introducción de T. S. Norio.
• Traducción de Pablo Fernández Castañón-Uría].
Kropotkin, más que un activista, fue un teórico profundamente influenciado por la herencia de Bakunin. Su legado ideológico tiene dos vertientes principales: por una parte está el establecimiento de las directrices económicas concretas de la revolución anarquista, y por otra, la actitud práctica y ética que se debe adoptar, tanto antes como durante la propia revolución, ante los asalariados y el conjunto de los ciudadanos.
Su esfuerzo se concentró en establecer la relación lógica profunda entre la filosofía moderna, las ciencias naturales y el anarquismo mediante el estudio de las tendencias que se manifiestan en la sociedad y su posible evolución. Esta base científica le permite proponer una ética anarquista.
Kropotkin entiende el anarquismo como la única forma de comunismo acorde con las sociedades desarrolladas, describiendo cómo puede organizarse una gran ciudad, de acuerdo a los postulados de esta teoría, dentro de un proceso revolucionario. Sus aportaciones se centran en la crítica al capitalismo, los principios del anarcocomunismo, la fidelidad al sindicalismo de acción directa y la moral anarquista.
Piotr Alekseevich, príncipe Kropotkin, nació en Moscú en 1842 en el seno de una familia de la alta aristocracia rusa. Formado como cadete del zar, opta por abandonar la carrera militar y viaja a Siberia para ejercer como geógrafo. En 1872 se traslada a Suiza, donde colabora con la I Internacional en un principio como marxista pero, poco después, como seguidor de Bakunin. Cuando regresa a Rusia, es detenido y encarcelado. De nuevo en el exilio, funda en 1878 el periódico La Revolté, dedicado a difundir las teorías del anarcocomunismo. Regresó a Rusia tras la revolución de 1917, e intentó colaborar con el nuevo régimen sin abandonar su ideario anarquista y sin aceptar cargo alguno. Murió en Dimitrov el 8 de febrero de 1921.
Entre sus obras de inspiración anarquista destacan: "Palabras de un rebelde" (1885), "La conquista del pan" (1892), su autobiografía "Memorias de un revolucionario" (1899), "El apoyo mutuo" (1904) y "Campos, fábricas y talleres" (1910).
En un momento de cierta desorientación ideológica del pensamiento político de izquierda, resulta sorprendente y gratificante releer la obra de un auténtico avanzado a su tiempo. Procedente de una familia aristocrática, y después de un breve paso por el ejército, la vida de Kropotkin se convirtió en una constante huida por Europa, debido a la potencia survesiva de su pensamiento político, relejado claramente en esta obra.